lunes, 5 de noviembre de 2007

ELECCIONES

En las recientes elecciones presidenciales me encontraba en El Calafate.
Ergo: un no votante.
En el recuento final la suma de los que no votaron ( por diversas razones), más los nulos y demás situaciones donde el voto no es válido, alcanzó la primera posición.
Obviamente, no podemos -sólo como broma- considerar que fuimos los ganadores.
Pero es un dato a tener en cuenta.
Un dato que quedará como herramienta de análisis para los estudiosos y en sombras en los medios de comunicación.
Lástima. Los prejuicios y los falsos triunfalismos acotan los futuros diagnósticos y distorsionan la realidad de la cual formamos parte.
No aventuro ninguna apreciación, ni sugerencia alguna. Sólo les acerco una inquietud. Lo llamativo del conteo.
Los sesgos políticos constituyen una política en sí.
Cuando uno abre la mirada emprende el camino del Himalaya: se va quedando solo.
En fin...

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