lunes, 16 de julio de 2007

EL PELIGRO DE ESCRIBIR

En la revista dominical EPS, 15-7-07, el articulista Cerda trabaja con el absurdo de establecer, con fina ironia, que la vida es un sucedáneo de la escritura.
Un giro interesante. Alumbra caminos de la creatividad y no está muy alejado de algunas sospechas que en este sentido tenían algunos escritores.
Uno de ellos fue Daniel Moyano. En épocas de la dictadura militar argentina argumentaba en su narrativa que no se debía ceder al discurso del poder, poniendo cuidado en conservar las historias de cada uno, el relato de las mismas. En suma, ser hombres en palabra.
Una afirmación feliz. Cercana a la absurdidad de Cerda, absurdo que se materializa en la radicalización de la propuesta pero que alcanza plena legitmación en la yo diría poética de Moyano.
Cuando la conducta humana es visible gracias a la profundidad de una pluma ( ¿ de un teclado?) la vida sonríe y nos cede la palabra.
Creo que es así.

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